• 11/05/2022
  • Kusarive
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Es evidente que con la llegada de la Industria 4.0 y el desarrollo de las nuevas tecnologías asociadas a la misma, empresas y organizaciones han emprendido una carrera por transformarse digitalmente. Esta carrera, en muchas ocasiones se está corriendo sin mucho sentido, pues algunas organizaciones hacen uso indiscriminado de métodos y/o herramientas, por el simple hecho de no quedarse atrás o por intentar aplicar cierto tipo de tecnología disruptiva. Las capacidades tecnológicas y el factor humano tienen un gran impacto en ello, y es por esto que se convierten en herramientas para este proceso.

El éxito de digitalizarse o transformar digitalmente una empresa, industria u organización no pasa simplemente por mejorar las infraestructuras tecnológicas para que puedan soportar el volumen de datos que debe circular por ellas, o por adaptar las normas para potenciar el uso de tecnologías digitales; el factor clave del éxito de cualquier proceso o proyecto de digitalización está en el factor humano, pues:

  • La transformación digital solo aportará los resultados esperados si también tiene un impacto positivo sobre la plantilla.
  • Dotar a las personas de la formación continua y herramientas digitales necesarias es fundamental. Así como dar importancia al talento y a las soft skills (más adelante se hablará de ellas) de las personas.
  • Se debe priorizar a las personas por encima de la propia digitalización en sí.
  • En cualquier proceso de digitalización, la motivación del personal es importante, por lo que hay que combinar sabiamente dosis de reto y apoyo a los empleados.
  • En una organización en proceso de digitalización, la esponsorización de la alta dirección y el proceso debe complementarse con un enfoque de abajo-arriba.

Formación para la industria 4.0

Como se indica en el libro ‘Abre tus ojos al mañana’ es necesario adaptar los sistemas de formación a la demanda actual de necesidades; y asegurar el desarrollo y crecimiento de las disrupciones tecnológicas que se están viviendo. Las leyes y programas educativos, en muchos casos, varían y cambian con demasiada frecuencia sin mantener unos objetivos claros. Además de unos principios educacionales sólidos, sin un rumbo estratégico bien definido y acorde a los tiempos que se viven y a los que vienen por delante.

Los modelos vividos hasta la fecha son modelos fundamentalmente orientados a la memorización y retención de conceptos. Esto más que al desarrollo de habilidades que ayuden al alumno a pensar, a ser creativo, a trabajar en equipo por objetivos y proyectos. O, por otro lado, a desarrollar cualidades de liderazgo o para hablar en público, por ejemplo. Los modelos educacionales tradicionales que la mayoría ha vivido han focalizado el método de enseñanza en la capacidad de adquisición y retención de conocimientos; poco o nada en el desarrollo de habilidades necesarias para el desempeño y desenvolvimiento exitoso en un mundo inundado y comandado actualmente por la innovación, la tecnología y la transformación digital.

Las nuevas generaciones deben estudiar y vivir en un ecosistema formativo preparado para ofrecerles una educación a la altura de sus expectativas y necesidades actuales y a la forma que tienen de convivir y entender la tecnología. Actualmente, se está asistiendo al nacimiento de la nueva generación, la generación ‘Alpha’. La primera nacida íntegramente en el siglo XXI y que no entiende un mundo sin conexión a internet, sin móviles; a la que no les resulta extraño hablar de tú a tú con asistentes virtuales, intercambiar todo tipo de información en plataformas digitales.

Formación profesional

La relación entre la Industria 4.0 y la formación profesional se puede analizar desde dos vertientes:

  • Por un lado, la digitalización masiva. Ya ha empezado a modificar las formas de producción, de interacción y de distribución de una forma más automatizada y descentralizada. Por lo que se están reformulando muchos puestos de trabajo y, por lo tanto, la demanda de los perfiles profesionales necesarios para desarrollarlos.
    Muchos de estos lugares están directamente vinculados a la formación profesional, especialmente a las familias de fabricación mecánica; de electricidad y electrónica; de instalación y mantenimiento y de informática y comunicación. Hace falta, en consecuencia, que la oferta de titulaciones se adecúe a las nuevas demandas de perfiles profesionales que genera la industria.
  • Por otro, la Industria 4.0 puede modificar las metodologías de aprendizaje en la FP. La producción de prototipos automatizados, la incorporación de las impresoras 3D, los software de simulación de la producción, etc. Pueden contribuir a mejorar y a incentivar el aprendizaje Learning by doing y, a la vez, hacer que las especialidades industriales sean más alentadoras, interesantes y especialmente aplicables que otras más centradas en los conocimientos teóricos y/o de servicios.

Ante esto, el principal rasgo a destacar es el decalaje entre la oferta y la demanda de titulaciones. En cuanto a la oferta, a pesar de que la formación profesional se ha revalorizado en general y ha visto incrementar el número de plazas y de matriculaciones, los ciclos formativos más relacionados con la industria (electricidad y electrónica, fabricación mecánica e instalación y mantenimiento) han experimentado en los últimos años un mantenimiento o una disminución de las matriculaciones que, incluso, ha comportado el cierre de algunos ciclos.

Formación universitaria, máster y de postgrado

La Revolución Industrial 4.0 está abriendo nuevas oportunidades laborales y profesionales que serán cubiertas en la medida en que haya perfiles adecuados a estas necesidades. Por eso, la colaboración entre empresa y universidad toma mucha importancia, dado que este nuevo sector requerirá de perfiles que quizás hoy no existen. La Industria 4.0 está suponiendo un cambio en la demanda de profesionales; el número de personal semicualificado irá en descenso y se crearán nuevos puestos de trabajo de alta calificación. Esto sobre todo vinculados a las tecnologías de la información.

Analistas y científicos de datos, diseñadores de aplicaciones y de robótica, entre otros; son perfiles que las empresas (tecnológicas y no tecnológicas) están demandando cada vez más. Las formaciones universitarias en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, también conocidas como STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), se postulan como las más interesantes de cara a la era tecnológica que se está viviendo; sin embargo, en algunos países como España, el número de matriculaciones en los últimos años ha ido en descenso.

La capacitación de master y postgrado se ha adaptado rápidamente a la demanda de las nuevas profesiones que la industria ya está demandando (como ingeniero smart factory e Industria 4.0, chief digital officer, experto en innovación digital, data scientist, experto en big data, arquitecto experto en smart cities, experto en usabilidad, director de contenidos digitales, experto y gestor de riesgos digitales y director de marketing digital), pero en las universidades se encuentran más dificultades en encontrar carreras universitarias orientadas y especializadas en el tipo de tecnologías aparecidas con la Cuarta Revolución Industrial.

Capacidades tecnológicas y factor humano en desarrollo

La evolución siempre ha marcado diferentes procesos en la historia del ser humano. Desde la primera revolución industrial se han producido cambios agigantados en el desarrollo de nuevos pasos en cada etapa. Los mismos han sido cuidadosamente guiados y producidos por mentes brillantes que buscan dar un paso adelante en la vida humana. Hoy en día, el proceso no cambia y son aquellos profesionales que con este enfoque permiten que se produzca el óptimo paso a paso en el desarrollo industrial del nuevo mundo.

TECH Universidad Tecnológica actualmente se posiciona como la mayor universidad digital del mundo. Este título se ha logrado mediante el constante proceso de desarrollo y ampliación de un portafolio educativo enfocado en la excelencia y los altos estándares de calidad. Dentro de este se encuentra su Facultad de Informática, donde destacan posgrados tales como el Máster en Ingeniería de Software y Sistemas de Información y el Máster en Tecnología Específica de Telecomunicación.

A pesar de ser excelentes opciones para aquellos profesionales de esta área, ninguno de ellos se apega tanto a las temáticas relacionadas con el desarrollo industrial como el Máster en Industria 4.0 y Transformación Digital. Allí el profesional comprenderá y dominará este campo en su totalidad, a través de una novedosa metodología de estudios de caso.